La PRENSA ESCOLAR es otro corpus de publicaciones que hemos consultado en la búsqueda de las maestras y sus escrituras. Aunque la prensa escolar corresponde a las numerosas publicaciones que fueron creadas y editadas por alumnos y alumnas de educación primaria y secundaria desde mediados del siglo XIX, en su producción estuvieron involucrados diversos miembros de la comunidad escolar. Una catalogación y revisión sistemática de estas publicaciones ha relevado que las maestras acompañaron y guiaron a sus estudiantes en el desarrollo de estas publicaciones, ya sea como gestoras, colaboradoras y, en varios casos, editoras.

Así, por ejemplo, en las publicaciones de periódicos y revistas de niñas y niños de escuelas primarias las maestras jugaron un rol más protagónico en la gestión y publicación como editoras y directoras de estos medios de prensa, mientras que en los periódicos de establecimientos secundarios tuvieron un rol de mediadoras o bien como sujetos de interés noticioso. 

Las primeras noticias de periódicos escolares las hallamos a mediados del siglo XIX con la aparición de La Voz del Colegial en 1866. Esta publicación nacida por iniciativa de los estudiantes del Colegio Mercantil de Copiapó declaraba en su primera editorial que su propósito era dedicarse a las bellas letras, el conocimiento, combatir el ocio y contribuir al progreso del país. Aunque de corta vida, la creación de este periódico da cuenta del temprano interés de los estudiantes de incursionar en la prensa. No obstante, es durante la primera mitad del siglo XX donde los periódicos escolares cobran mayor protagonismo a lo largo del país.

El periódico escolar se fue incorporando en la práctica educativa–como señala Silvia Finocchio– con diversos objetivos, entre ellos como actividad instructiva, recreativa, política y social. El aumento progresivo de estas publicaciones durante la primera mitad del siglo XX se dio en la medida que se fue consolidando la expansión del sistema educativo y se incorporaron pedagogías renovadoras como la Escuela Nueva. Esta última promovió que los estudiantes aplicaran los conocimientos adquiridos junto con fomentar la creación de espacios de sociabilidad y participación de los y las alumnas.

En este sentido, Elizabeth Mejías, una de las primeras investigadoras que ha estudiado la prensa escolar chilena, plantea que estas publicaciones, en especial las desarrolladas entre las décadas de 1920 y 1930, fueron espacios generadores de prácticas y discursos sociales en torno a la escuela y sus dinámicas, así como instancias donde los y las estudiantes debatieron ideas, crearon y se divirtieron

Constanza Castro –tesista de nuestro proyecto Fondecyt– tras una revisión de estas publicaciones en las dos primeras décadas del siglo XX descubrió que para este periodo las publicaciones fueron producidas principalmente por estudiantes de establecimientos secundarios estatales (liceos), y en su mayoría por hombres. No obstante, las publicaciones creadas por las estudiantes, aunque en menor cantidad, están presentes desde comienzo del siglo XX.

Mientras que Carla Linai –también tesista del proyecto Fondecyt– reveló que el modelo educativo segregado estableció diferencias sexo-genéricas en la enseñanza secundaria que se reflejaron en las características de las publicaciones que produjeron las y los estudiantes: revistas en los liceos de mujeres y periódicos en los liceos de hombresAdemás, se debe hacer la distinción entre las publicaciones creadas por alumnas de establecimientos secundarios privados y las publicaciones de las alumnas de los liceos estatales femeninos que comenzaron a fundarse a lo largo del país.

Así, por ejemplo, en 1905 las alumnas del Liceo Santa Filomena de Concepción publican La Juventud, establecimiento dirigido por Carmela R. de Espinosa; en 1907 aparece la revista Revuelos de las alumnas del Liceo Americano de Señoritas de Chillán, establecimiento fundado y dirigido por María Espíndola de Muñoz; y en 1910 el periódico El Run- Run del Liceo de Niñas de Talcahuano. 

Aunque un importante número de estos periódicos fueron fundados por estudiantes secundarios, también encontramos periódicos redactados por niños y niñas de escuelas primarias mediados por sus maestros y maestras. Estos son los casos de Clarinada (1928) que fue presentado como órgano oficial de la comunidad escolar “Daniel A. Guerra” formada por las Escuelas Nos. 164 y 195 de Recoleta y El Noticiero Escolar (1928) redactado y editado por las alumnas pertenecientes al Comité Educativo Oficial del Quinto año de la Escuela Superior No. 17 de Niñas de La Calera.

REFERENCIAS

  • Elizabeth Mejías. “Creatividad, colaboración y humor: producción y circulación de revistas escolares en Chile entre 1920 y 1938”. Bajo La Lupa, de la Subdirección de Investigación, Servicio Nacional de Patrimonio Cultural, 2019, pp. 1-28.
  • Silvia Finocchio. “Un tesoro inexplorado: Los periódicos escolares en la Argentina”. História da Educação, vol. 17, no. 40, 2013, pp. 27-54.

ESTUDIOS CRÍTICOS

  • Carla Linai. Un campo de producciones desconocido: La prensa escolar, comparación de periódicos y revistas de Liceos de Niñas y de Niños entre 1910 a 1950 en Chile. Tesis de Licenciatura en Historia, Universidad de Valparaíso, Valparaíso, 2023.
  • Constanza Castro. Prensa escolar en Chile (1900-1916): Una primera aproximación. Tesis de Licenciatura en Historia, Universidad de Valparaíso, Valparaíso, 2022.

GALERÍA DE PERIÓDICOS Y REVISTAS ESCOLARES